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Revista Toma Lo Tuyo

Y los habitantes de calle qué…

Por estos días ha sido prolifera la información acerca de las consecuencias del desalojo del sector conocido como “Bronx”, el cual visto solo desde la óptica de la terminación del expendio de drogas, pareciera ser una solución adecuada, de las muchas otras que existen, para combatir el llamado tráfico de estupefacientes o sustancias que de una u otra manera generan adicción y son dañinas para quien las consume, y que colateralmente permite también consumo de alcohol, prostitución y auspicio de delitos como el hurto, extorsiones entre otros.

Con lo que ha pasado últimamente con los habitantes de calle, se evidencia la falta de un plan de manejo adecuado y de atención a esta población y es claro que no hubo planeación ya que ni siquiera pensaron en que algunos incluso no quieren dejar de : vivir en calle. (al respecto pueden ver http://www.elespectador.com/noticias/bogota/al-habitante-de-calle-no-invitan-participar-de-su-desti-articulo-650524)

Se desconoce por la mayoría que el “Bronx” este lugar también permitía la cohabitación de habitantes de calle, no porque esta población necesariamente consumiera drogas, se nos olvida que muchos estaban allí también porque era uno de los pocos lugares donde podían permanecer sin el riesgo de ser sacados a la fuerza, de ser golpeados cuando intentaban dormir o simplemente caminar sin que el temor inundara a quienes caminaran a su lado, era tal vez uno de los lugares donde podían realmente sentirse seres humanos y no desechables como algunos consideran, aclaro que no estoy haciendo apología a habitar en calle, sino evidenciando un panorama desconocido para muchos.

Los habitantes de calle en Bogotá, por múltiples razones viven sin la posibilidad de tener un techo que los cobije, algunos están allí porque no tienen una red de apoyo familiar a la que puedan acudir, porque los sacaron de sus hogares, porque debido a su edad ya no encuentran una fuente de empleo, porque estaban tan decepcionados de su ambiente laboral que un día sin más resolvieron deambular sin la presión de conseguir para pagar un arriendo, porque no aprendieron (nadie les enseño) a manejar sus emociones, porque un día simplemente se cansaron de vivir de acuerdo con los estándares de la mayoría, pareciera fácil juzgarlos, pero quien se ha detenido a conversar con ellos y se atreve a ir más allá de la ropa sucia y del mal olor, puede encontrar historias de personas que incluso cuentan con más títulos universitarios que un ciudadano común.

Hago parte como voluntaria de una fundación llamada + Manos (aguapanelita.org) que desde el año 2004, con la excusa de compartir un pan y aguadepanela se da el tiempo de escuchar la historia de vida de los habitantes de calle, de algunos, porque otros simplemente reciben el alimento y no se animan a conversar. Como voluntaria comprendí que juzgar es fácil, pero que a veces son inexplicables las razones por las cuales unas personas deciden dejarlo todo para simplemente vivir fuera de la norma social, que nos llama a adquirir bienes materiales, tener una familia, educarse, conseguir un empleo formal, y de la norma jurídica que nos obliga a pagar impuestos, cotizar al sistema de seguridad social, entre otros.

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Foto: aguapanelita.org/

Reitero, juzgarlos es fácil, pero pensar en ellos, pareciera que no tanto, puesto que si es su decisión, habitar en calle ya les está siendo imposible. Por lo cual, me parece pertinente recordar de acuerdo con nuestro sistema jurídico ¿Cuáles son las obligaciones del Estado frente a los habitantes de Calle? Formalmente se considera habitante de calle a aquellas personas que no residen en una vivienda, no tienen un hogar estable y que por el contrario desarrollan su vida en los espacios públicos, al aire libre y sin ninguna protección, siendo un grupo especialmente marginado.

De acuerdo con la Exposición de Motivos del Acuerdo 008 de 2009, por medio del cual se establecen lineamientos de política pública para la atención, inclusión y mejoramiento de la calidad de vida del habitante de calle en el Distrito Capital, y se dictan otras disposiciones, de la Alcaldía Mayor de Bogotá. Un habitante de calle es: “es la persona de cualquier edad, que generalmente ha roto en forma definitiva los vínculos con su familia y hace de la calle su espacio permanente de vida.”

Desde el punto de vista constitucional, ha establecido la Corte Constitucional que: “el Estado tiene un deber constante con los ciudadanos consistente en proporcionarles bienestar, lo cual se traduce en proveer un mínimo de bienes y servicios, materiales y espirituales al alcance de los individuos y propender porque todos los colombianos tengan empleo, seguridad social, vivienda, educación, alimentos, etc.”. En consecuencia, las autoridades deben valorar las condiciones de marginalidad, alienación, ignorancia o pobreza extrema de los habitantes de la calle para erigir acciones afirmativas focalizadas en sectores poblaciones especialmente vulnerables.” CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia T- 043 de 2015, 4 de febrero de 2015, Magistrado Ponente: Jorge Iván Palacio Palacio.

Por lo tanto, es un deber garantizar su protección y en segundo lugar apoyarlos en cuento a que puedan tener:

1. Acceso a servicios básicos.
2. Atención terapéutica y salud.
3. Cambio en la percepción que se tienen de hechos, en especial que no se olvide que son seres humanos.
4. Reducción del daño personal causado por la adicción, depresión, violencia, desplazamiento o traumatismos que los llevaron a esta condición.

La Ley 1641 de 2013 del Congreso de la República establece cuales deben ser los lineamientos para la formulación de una política pública social de los habitantes de calle, destacando que es de obligatorio cumplimiento para todas las instituciones del estado el cumplimiento de las políticas públicas para esta población conforme a los principios de dignidad humana, autonomía personal, participación social, solidaridad y coordinación, concurrencia y subsidiariedad entre los diferentes niveles de la administración pública.

Ahora me pregunto, ¿Ha sido digno golpear, negarles la posibilidad de recibir alimento y sacarlos de las calles sin un plan de manejo previo, no invitarlos a participar en las decisiones que los afectan? La respuesta es obvia, no.

Así que los invito a no juzgar a partir de la mirada institucional, a dejarse llevar por el discurso de la persecución del consumo de drogas, sino del ser humano que libremente ha decidido habitar en calle, porque encuentra allí un espacio donde se supone no es juzgado.

JULIE MARCELA DAZA ROJAS

ABOGADA UNIVERSIDAD NACIONAL

@jumadaro

Comments

  • Carolina Triviño

    Wow fuerte el artículo, pero tienes razón en muchas cosas, y más en este momento en el que hay fuertes rumores de desapariciones de algunos habitantes de calle. Buen artículo, hay que empezar a hablar de frente a las problemáticas de la ciudad. Saludos

    • Julie Marcela Daza Rojas

      Es muy difícil sentir que el problema lo quieren trasladar a otras ciudades del país y realmente se quiere dejar de lado la obligación de realizar una política pública social.

  • Yeison Hernández

    Juzgarlos es fácil, pero muchos de ellos pasan hasta meses sin hablar con alguien, la indiferencia de la gente es tenaz, no digo que ahora todos son un amor, hay también unos delincuentes que son los que hacen esa mala imagen hacia el habitante de calle, pero si hay muchas cosas por analizar... que buen artículo.

    • Julie Marcela Daza Rojas

      Efectivamente encontramos de todo, por eso mismo la invitación es a tener en cuenta que no se puede partir de un único programa o solución para resolver la problemática, como tú dices la única oportunidad que tienen para ser escuchados y sentirse reconocidos es en los escenarios en que se encuentran con voluntarios que los apoyan, en lo demás muchas veces solo reciben golpes, maltratos y desprecio. Gracias por tu comentario.

  • Julian Castro Contreras

    Ellos en esas condiciones infrahumanas y aberrantes en las que "vivían" ¿Se sentían humanos? ¿Hay que seguirles permitiendo que estén en la calle entonces haciendo lo que quieran?

    • Julie Marcela Daza Rojas

      No, Julian, el tema no es dejar que hagan lo que quieran o impedirlo, el tema es que se debe partir de su humanidad, de sus necesidades, de comprender los que llevo a calle para pensarse una mejor manera de reintegrarlos a la sociedad "mayoritaria", las acciones que se han realizado hasta ahora desconocen su realidad, sus miedos, su falta incluso de salud mental y pretenden encasillarlos a todos en un único programa, que de paso te informo, en los centros del distrito solo reciben a los habitantes de calle entre los 22 y 27 años, para los demás no hay ni siquiera eso.

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