TAL VEZ LA CINEFILIA NO ES DE ORDENADOR
LA NECESIDAD DE VOLVER AL CINECLUB
Hay que regresar al ritual fantástico del cineclub. Se supone que todos los rituales son fantásticos, pero en este la fantasía es tangible. Lo fantástico no es ese valor simbólico que da razón a la acción que se realiza. Lo fantástico somos nosotros sentados frente a una ventana grande, que nos hace sentir como unos ojos minúsculos observando un mundo ajeno… aunque propio. Es decir, algo así como unos pequeños gran hermano…Que valga burlarse del asunto.
La cinefilia no es de ordenador. La televisión existe para ser consumida en una caja negra (algo mortífera), para ser interrumpida por una llamada, por un timbre. Para ser parte de la monotonía cotidiana, y su destino es ser olvidada como se olvida lo vacío. Una película no es un vacío, una película sincera es sublime, y no puede ser vista en tales condiciones por mas de que lo tiempos cambien, y pueda parecer romántico o ridículo el querer salir de la comodidad de casa; el querer encontrarse con desconocidos o conocidos, para ver una película sin pausa. De querer olvidarse por una o dos horas de todos y de todo. Hay a quienes esto no les cabe en la cabeza: El querer salirse. El querer abrir los ojos para dejar entrar la luz directo al fondo, y así poder caminar por sueños o pesadillas; verdades o mentiras… Y es que les cuento algo: esa es la verdadera luz al final del túnel. Esto es lo mágico del ritual de ver cine; salir cada uno de su propia película.
Soñadores – Bernardo Bertolucci (2003)
Pienso que esto es en realidad la cinefilia; La necesidad del ritual. No hay cineclub sin cinefilia, pero también es cierto que no hay cinefilia sin cineclub. El cineclub se convierte entonces, en una pequeña secta de ojos cansados de ver sus películas diarias. No podemos olvidar el ritual divino. ¿O es que un católico dejaría de sentarse en las bancas de la iglesia, solo por que en la pantalla de un ordenador tiene mil imágenes religiosas que puede adorar cuando le apetezca? … No lo se, no lo entiendo. Es que siento que el ritual del cineclub es mas espiritual que el de la iglesia.
La cinefilia no puede morir. Tal vez la cinefilia no es de ordenador.
Por: Cáceres
