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Revista Toma Lo Tuyo

EL TAYRONA; REALISMO MÁGICO EN COLOMBIA

Bienestar, inspiración, serenidad: son los aspectos que podrían describir perfectamente la experiencia vivida (o por vivir) en el Parque Natural Nacional Tayrona. Sus costas, su montaña costera –de hecho, la más grande del mundo-, su fauna, la transparencia casi absoluta del agua; transmite sensaciones de éxtasis, que no se perciben en cualquier sitio. La experiencia Tayrona es intensa, no solo por la caminata de casi ocho horas (ida y vuelta) hasta llegar a Cabo San Juan, o por el bronceado y el calor infernal pero sabroso del entorno; también por la sobrecarga de emociones que transmite el presenciar un paisaje tan lleno de vida, tan imperfecto pero tan virtuoso, tan caótico pero tan excitante.

Hay tantas cosas por explorar en el Tayrona, que el tiempo es el único que no conspira a favor del recorrido. La práctica del ecoturismo es algo no muy frecuente en Colombia, no obstante, el objetivo del parque es concebir a cada uno de los visitantes como ecoturistas y hacer que se tome conciencia de la inmensidad, diversidad y grandiosidad de la naturaleza colombiana. Las cifras en cuanto a los visitantes residentes al parque Tayrona es lamentable: la mayoría de los convidados son extranjeros (126 mil turistas), ¿no carece esto de un poco de sentido? ¿No es esto una prueba de la desvalorización, la falta de amor y de compromiso por lo nuestro? Resulta irónico cuánto nos cuesta apreciar lo que tenemos.

La caminata, aunque agotadora a causa de su extensión y el calor; es una oportunidad que varía todos los días para descubrir nuevos paisajes y la inmensa diversidad de fauna y flora que abunda en el Tayrona. Es también una oportunidad de conocer sobre la cultura Tayrona, sus vestigios arqueológicos y a las personas que habitan este lugar extraordinario. La preocupación de esta comunidad –los Tayrona- por el entorno que los rodea, debería tomarse de ejemplo por toda nuestra sociedad: es impresionante el afecto y el respeto con el que cada uno de los habitantes trata al parque.

En definitiva, el Parque Nacional Natural Tayrona debería ser percibido y apreciado como una obra de arte, porque es en definitiva la prueba de que Colombia es realismo mágico. La visita de muchos más residentes podría ser un punto clave tanto como para la integración del país, como para concebir una nueva ideología: que la unificación de las diversas culturas en el país es posible, que la convivencia en el país puede fluir con mayor facilidad si comenzamos por visualizar este objetivo como uno de los tantos paisajes del Tayrona, que nos dejan atónitos.

Ruth García

Instagram: ruthgarciaphotography

E-mail: ruth_9811@hotmail.com

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