Club Suicida; un paso seguro hacia la eternidad
Club suicida, cuenta con humor negro la historia de varios “desdichados” que por diferentes motivos llegan a un mismo lugar, buscando el empujón definitivo hacia su destino. Esta comedia, construida en un acto, encierra toda una reflexión acerca de lo fácil que puede llegar a ser la comercialización de la vida, e incluso la muerte.
La obra evidencia los conflictos existenciales que afronta el ser humano del siglo XXI por medio de cinco personajes, que representan los estereotipos modernos de la sociedad: Margarita, Ignacio, Gregorio y Cristina, serán los seres que en medio de su descontento y con una visión netamente romántica, buscarán la salida a sus problemas en el suicidio, guiados por Nicolás, un frustrado terapeuta, quien será su guía y el encargado de desarrollar toda una serie de acciones que desvalorizarán la vida humana dentro de un sistema capital, aprovechando el bombardeo publicitario al cual están expuestos a diario.
El colectivo teatral “El cuarto telón” se forma en el año 2015, en Bogotá, por un grupo de artistas con trayectoria en las diferentes ramas de las artes escénicas.
Dicho colectivo surge del interés de sus integrantes por abordar diferentes lenguajes escénicos, además de tocar diferentes temáticas y problemáticas que se presentan en la sociedad. Todo ello, sin olvidar la esencia del teatro destinado a un público actual, exigente y con un ojo crítico y social. Para ello, el grupo se basa fundamentalmente en un teatro vivencial y experimental, donde el público participa directa o indirectamente y se integra a los acontecimientos que se desarrollan en la escena generando una experiencia de happening teatral.
Una invitación especial a reírse de usted mismo y de sus problemas, analizando a este complejo círculo de arriesgados e inconformes sociales quienes nadie logrará callar.
Que las campanas suenen hasta que todos sepan que un alma se ha ido al cielo me parecería el mejor modo de dar la buena noticia. Emily Dickinson. El modelo mercantil se apoderó de todos los aspectos de los seres humanos. Sembró su lógica arbitraria y funesta en nuestro código genético. Impuso su lógica de la cantidad y la ganancia en lo más íntimo de nuestra existencia. Y así logró su mayor conquista COMERCIAR CON LA MUERTE. No somos libres, ni si quiera nuestra muerte es gratis. El estado totalitario del comercio así, eclipsó nuestra existencia, deseos, impulsos, pensamientos, ideas, relaciones, todo tiene un precio. Y la muerte; la muerte también tiene precio. Es un valor comercial. Cuando Mónica, Felipe y Bryan (tres jóvenes actores con los cuales me habría cruzado como docente en su vida formativa) me convidaron entusiasmados a que les dirigiera CLUB SUICIDA del Dramaturgo Bogotano Pedro Miguel Rozo de reconocida trayectoria en el País. Me Causaba Curiosidad lo apasionados que estaban por el texto. Yo recordaba a ver visto la obra muchos años atrás en mi paso por la ASAB con un entusiasmo similar. Sin recordar muy bien el texto; sin embargo, ese simple hecho hizo un eco, una pista, un llamado… Aun así, intente disuadirlos, pero ellos no estaban dispuestos a soltar su amor por la obra. Así que acepte el reto y nos dimos a la tarea. Ha pasado cinco meses en los que yo he sido testigo de ver como unos jóvenes artistas con voluntad y a costa de todo se apropian, se apoderan y resignifican a un artista local. Un idea resuena: De nosotros para nosotros y por nosotros. Ese hecho permitido sentirme ser parte de un proceso pertinente, importante, diciente. Y por tanto un privilegiado por la invitación. He allí como nos juntamos para luchar contra el comercio de nuestra propia muerte. Nos juntamos para hacer de nuestros impulsos suicidas, una posibilidad creativa. aquí una generación de jóvenes actores abriéndose un espacio en la escena bogotana y aquí mi apuesta como artista y director para que Club Suicida, Cuarto Telón surquen y atraviesen escenarios diversos donde se plante el sentir y las voces de estos personajes…
¡Bienvenidos al Estreno!
No te pierdas Club Suicida, una divertida comedia dirigida por Camilo Carvajal
Escrita por Pedro Miguel Rozo.